Hay ciertos juegos que simplemente han quedado en el olvido. Juegos antiguos, arcaicos, que han sido olvidados y reemplazados con sustitutivos como la ouija o el juego de los cigarros. Pero para los que aún guardan aquel extraño misticismo de nuestros más lejanos ancestros, cuando contemplaban el fuego o el cielo estrellado en silencio, este juego es para ellos.
Este ritual solía realizarse cuando se tenía la sospecha de que un ente no se había podido marchar del mundo terrenal, pero tampoco había podido perderse en la nada. Estaba condenado a vagar eternamente en el mundo; comenzaba a andar de noche hasta el amanecer, moría con la luz del día y volvía a resurgir en la noche, yendo sin rumbo, intentando encontrar la paz. Estos entes son conocidos como errantes. Lo único que les guía es la luna, pues la persiguen eternamente, creyendo ingenuos que la alcanzarán. Pero, ¿qué sucede un día en el que la luna no aparece en el cielo? ¿A dónde irán?
Eso es lo que vas a comprobar. Vas a intentar ayudar a los errantes a encontrar la paz. Una noche sin luna en la que te halles solo,abre todas las puertas y ventanas (exceptuando la puerta de entrada de tu casa y las de armarios, despensas, etcétera). Procura una habitación bien iluminada con una mesa y varias sillas (el número es irrelevante); el resto de la casa debe estar a oscuras. Una vez hayas hecho esto, escóndete muy bien y espera. Tal vez pasen quince minutos, tal vez media hora, tal vez una hora entera… no los oirás, pero los sentirás venir. Los errantes han entrado a tu casa. Bien escondido, no hagas ningún ruido.
Harán un recorrido simple: desde todas las habitaciones irán hasta el cuarto iluminado creyendo ingenuamente que lo que ven es la luz de la luna. Después, al ver que han llegado y no ha sucedido nada, volverán a hacer el mismo recorrido una y otra vez. Aquí viene la parte interesante: estarán haciendo el recorrido hasta que comience a amanecer. Si cometiste el error de haberte escondido a medianoche, tendrás que aguantar. Te sugeriría que comenzaras el ritual una o dos horas antes de que amanezca: más tiempo sólo sería peor para ti, y si es menos los errantes no tendrán tiempo para entrar.
Durante todo el ritual, comenzarás a oír susurros por toda la casa: al principio suaves, pero se irán haciendo cada vez más intensos y más numerosos hasta que sientas ganas de romper a llorar y salir de donde estás. Creo que sobra el sugerirte que ni se te ocurra hacerlo. Conforme estés más cerca del final, los errantes comenzarán a caminar cada vez más rápido, el susurro se hará cada vez más insoportable, y toda la casa comenzará a temblar de forma brutal. Están encerrados en tu casa, y comienza a amanecer.
La cosa todavía se pone peor. Comenzarás a tener visiones en tu escondite: familiares fallecidos, amigos que no ves desde hace mucho tiempo… Dirán que te están esperando fuera, que gracias a tu ayuda han vuelto. Por muy convincente que suene no les hagas caso. Te están tentando a que salgas del escondite. Si lo haces, los errantes correrán a por ti y serás uno de ellos. Abrirás la puerta de entrada de tu casa y comenzarás a vagar con ellos cada noche hasta el final del tiempo.
Los últimos cinco minutos serán absolutamente demenciales: el temblor será tremendo, el ruido insoportable, y las visiones cruzarán tus pensamientos con cada vez más velocidad. En el último minuto, el susurro formará una única frase. Será una sensación extraña; un eco de millones de voces, desde las profundidades de tu mente, como si estuvieran hablando desde una cueva distante, dirá: ¿por qué no nos dejas ir? Por muy horrible que sea la situación, di en voz alta: porque este no es vuestro mundo.
Lo habrás conseguido. Todo habrá terminado. Sentirás el mayor alivio de tu vida. Y es posible que los errantes, ya que han trascendido por fin del universo terrenal, hayan dejado algo en tu hogar: tal vez sea una excepcional visión en la oscuridad, una muy ligera habilidad telepática (que podrás perfeccionar) o incluso poder ponerte en contacto mental con los errantes que, desde un lugar muy lejano, podrán indicarte predicciones sobre tu futuro inmediato. No siempre te escucharán, así que utiliza esta habilidad cuando te sea necesario.
En otros casos varias personas afirmaron que tras el ritual podían conversar con personas fallecidas en sueños. Sea como fuere, disfruta de la recompensa que te haya tocado, pues es un regalo de los errantes que nunca más volverán a marchar sin rumbo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario